Futaleufu 27 de Diciembre 2007
Otra vez voy a confiar en mi memoria para relatar un poco los últimos días, marcados básicamente por el pedal.
El 25 deje el Bolsón y como para variar sali bastante tarde. Esta vez si lo lamente. Pedalee bajo un sol quemador y en un calor de fácil mas de 30 grados. La parte más dura fue hasta Cholila: por el calor y el camino de ripio que me daba un anticipo de lo que va a ser la carretera austral (espero no sea tan de ripio o al menos que sea consolidado). Por suerte a 20km ya estaba entrando en el parque nacional de los Alerces. Ahi el calor se hizo más tolerable, primero porque el sol ya estaba bajando, segundo por la sombra de los arboles. Entre a unos bosques lindisimos donde los grandes troncos de los arboles se entretejian con pequeños arbustos de ramas finas. Todo esto sobre una alfombra verde llena de hojas caídas. Entre risas me sentía en el mundo de los “Peques”.
Asi luego de 125 largos km llegue a un camping “libre” muy bonito a las orillas del río Arrayan y cruzado por un arroyito. Lastimosamente llegue semi muerto y con el culo roto. Por eso solo me preocupe de cocinarme unas pastas, recostarme 5 minutos a ver el cielo que estaba a lo bestia por la falta de luces artificiales y luego pal sobre.
Al día siguiente me levante suavecito nomás, para darle al rutinario cafesito, lavada de cara y empacada de cosas. Ah pero esta vez me toco alternar una reparadita a la Juli, a la que el día anterior se le habia ocurrido pinchar a 4km de llegar. Tambien aproveche para darle una vuelta, aunque sea rapida, al lugar que tan lindo estaba.
Pedeleando pedaleando y disfrutando de los paisajes patagónicos llegue hasta Trevelin en donde me heche una merecida ducha, me hice una última cena argentina de ravioles y con un postre danone de dulce de leche. Y otra vez fundido a la cama para madrugar al dia siguiente para ver si alcanzaba algun bus a Futaleufu a Chaiten.
El dia de hoy empezó muy argentino, desayuno de mate cocido y torta frita con dulce de leche.
Fui aprovechando de mis últimas pedalaeadas en el sur argentino, aunque sintiendo los rezagos de los dos últimos días (sobre todo en mi rodilla derecha).
De poquito en poquito me iba acercando a las montañas y realizando que estaba a punto de (o “en train de”) cruzar los Andes para llegar a Chile.
Una vez más tuve el lujo de cruzar una frontera montado en una bicicleta. Mi primera impresión de Chile fue buena: los chilenos muy alegres y cordiales. La segunda impresión fue menos buena y un poco alarmente: los precios. Ahora estoy pagando el doble por un camping. Voy a ver como soluciono esto de las platas en Chile. El otro gran problema de hoy fue leer en mi libro guía que no hay cajero para visa en Chaiten, salir volado a ver el cajero de aquí, de Futaleufu, y ver que tampoco aceptaba visa. Osea más claro me cague. Ahora solo tengo 10 dolares en pesos chilenos y los 10 dolares que guardo desde hace 4 años ragalo de la Mamitayoya (mi abuelita). Asi que esperó mi libro este mal y encuentre un cajero para visa en Chaiten porque la verdad me tiene un poco etresado esta historia.
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