San Nicolás del Arroyo 13 de Noviembre 2007
Algo interesante de viajar en bicicleta es que muchas veces te detienes y pasas la noche en lugares en los que a duras penas te hubieras fijado por la ventana del bus.
Al llegar a uno de estos lugares las sensaciones y experiencias pueden ser muy diferentes. Así como te puedes encontrar desesperado por haber caído a un lugar en el que a duras penas tienes media tienda, te puedes encontrar en una pequeña ciudad. O así como puedes descubrir uno de esos pueblitos llenos de encantos escondidos y gente de cuento, puedes llegar a un lugar del que lo unico que quieres es que amanezca rápido para salir corriendo.
San Nicolás es unos de estos lugares que ordinariamente hubiera pasado de largo. Y no se si es el lugar o la pedaleada (que me calmo las ganas que tenia de estar con la Juli) o la lluvia que cayó mientras llegaba, pero esta tarde me sentí bastante contento. Fue tan bueno. Siento que cuando estoy en ese estado de ánimo me tomo el tiempo con más calma y de cierta manera disfruto de cada una de mis acciones. Mientras sacaba las cosas de las alforjas y armaba la carpa me sentía como los viejitos que siempre miro con admiración: meticulosos en sus acciones, no le restan importancia a ninguno de sus movimientos. Muchas veces los veo realizando alguna tarea totalmente común con devota cotidianidad. Uy! Y ni hablar cuando cocinan que placer es verles preparar sus platos con manos lentas pero fuertes en experiencia.
Bueno eso creo que es todo por hoy tengo que acostarme temprano para ver si logro subirme a un ómnibus que me lleve al Gran Buenos Aires.
Un abrazo a los que se jalan estos textos
el Joaquin
miércoles, 4 de febrero de 2009
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